Decía Albert Camus: “Sin la cultura y la relativa libertad que ella supone, la sociedad, por perfecta que sea, no es más que una jungla.” El alumnado de Segundo Curso de PMAR ha realizado una investigación sobre la Literatura Canaria desde el siglo XV hasta el siglo XVIII. Han plasmado parte de esta investigación en los póster que se presentan en este artículo. Con ello, han aportado su “granito de arena” en la difusión del acervo cultural-literario de nuestra Comunidad Autónoma. Gracias a su trabajo, serán y seremos menos jungla.

Hasta el siglo XIII las Islas Canarias permanecieron aisladas de la civilización occidental y solo encontramos noticias de su existencia en textos clásicos grecolatinos. A lo largo del siglo XV se produjo la conquista del Archipiélago, iniciada por señores franceses o normandos, y finalizada bajo la autoridad directa de la Corona de Castilla, encarnada por los Reyes Católicos (1496).

De esos colonizadores y viajeros proceden los primeros textos narrativos en prosa que se producen en Canarias. Estos cronistas, muchos de ellos de otros países europeos o sacerdotes castellanos, cuentan los acontecimientos históricos de la conquista y el modo de vida de los aborígenes, y han recogido en sus obras las muestras literarias más antiguas que se conservan: las endechas. 

Los aborígenes canarios ya conocieron algún tipo de manifestación de lírica popular. Las únicas muestras conservadas de estas expresiones sentimentales se encuentran en la obra de un cronista italiano del siglo XVI, Leonardo Torriani. Sin embargo, la joya más antigua de la lírica canaria son las Endechas a Guillén Peraza. Se trata de unos cantos anónimos, de mediados del siglo XV, surgidos a raíz de la muerte de Guillén Peraza, militar que intentó dominar la isla de La Palma. En su desarrollo posterior al siglo XV, la endecha fue modificando su temática fúnebre y pasó a ser una forma lírica que expresa la pena por la distancia o ausencia de seres queridos. 

La cultura de los Siglos de Oro se manifiesta en las islas Canarias con dos de los poetas más destacados de la historia de la literatura canaria: Bartolomé Cairasco de Figueroa y Antonio de Viana. Ambos tratan los principales temas del Renacimiento, si bien en la obra de Cairasco se ha resaltado su visión de la naturaleza, y en la de Viana, el tratamiento de los sentimientos, especialmente del amor. 

Bartolomé Cairasco de Figueroa nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1538. Destacó por su valor patriótico en la defensa de la ciudad durante los ataques de las escuadras inglesas y holandesas al mando de Drake y Van der Doez. Murió en 1616. Su obra literaria, entre la que destaca su extenso poema Templo Militante; es abundante, con referencias frecuentes a la mitología, sobre todo a las divinidades marinas. Sin embargo, su mayor trascendencia la alcanza con el tratamiento legendario que le da a la Montaña de Doramas, bosque exuberante de su tierra natal, que por primera vez representa el prototipo de lugar bello e idílico.

Antonio de Viana (1578-1650), conocedor y admirador de la obra de Cairasco, de quien tomó algunos de sus temas, fue la otra figura capital de esta época. Su obra más importante es Antigüedades de las Islas Afortunadas, obra distribuida en dieciséis cantos en los que se narran, principalmente, los hechos de la conquista de Tenerife. También es importante en la obra de Viana la formulación de otro de los mitos de la literatura canaria: el mito de Dácil, que gira en torno a los amores de la indígena Dácil con el capitán español Castillo. 

En la segunda mitad del siglo XVII, se produce un interesante florecimiento cultural en la isla de La Palma, donde surgen dos escritores barrocos: Juan Bautista Poggio (1632-1707) y Pedro Álvarez de Lugo (1628-1706).

José de Viera y Clavijo, uno de los autores más prolíficos del siglo XVIII, nace en Los Realejos (Tenerife) en el año 1731. Prolífico y polifacético autor ilustrado, sus obras abarcan desde la poesía a la oratoria, pasando por la narrativa, la historia… Sin embargo, su figura es conocida, sobre todo, por sus Noticias de la Historia General de las Islas Canarias y su Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias

Su amor por la lectura lo llevó a escribir, cuando contaba con catorce años, Vida del Noticioso Jorge Sargo, que no es otra cosa que una especie de adaptación a su entorno insular de la obra picaresca Guzmán de alfarache de Mateo Alemán.

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Por: María Rosario Barreto