Óscar Domínguez (Tenerife, 1906 – París, 1957) ha sido considerado, junto con Joan Miró y Salvador Dalí, “El tercer gran nombre que España dio a la pintura surrealista”. Con estas mismas palabras lo subraya Juan Manuel Bonete en el célebre Diccionario de las Vanguardias artísticas de España. La infancia del genial pintor transcurre entre los municipios tinerfeños de La Laguna y Tacoronte. A partir de 1927 combina su residencia en París con varios viajes a su isla natal, hasta que a partir de 1936, la capital francesa se convierte en su hogar definitivo hasta su muerte, un 31 de diciembre de 1957.

Estas son tres recreaciones de las distintas versiones de Frutero come fruta. Obra que pertenece al capítulo de su producción que se puede definir como la “insurrección de los objetos”; una representación lúdica del mundo donde todas las relaciones aparecen dislocadas.


Rosario Barreto